Usado brevemente en un cartel colocado en una fábrica,
El personaje de Rosie la Remachadora abraza un destino inesperado y se convierte en un ícono de la cultura estadounidense.
Símbolo del papel desempeñado por seis millones de mujeres en la economía de guerra y símbolo patrio.
Se ha convertido en una auténtica encarnación del feminismo.